Las semillas de lino constituyen una rica fuente de ácidos grasos Omega 3, un nutriente con numerosos beneficios para la salud. Además, poseen un alto contenido en fibra superior a cualquier otro cereal, vitamina E y unos fitoquimicos llamados lignanos, importantes en la prevención de ciertos tipos de cáncer como por ejemplo de mama y de colon.
Beneficios de las semillas de lino
Debido a la presencia de ácidos grasos Omega 3 (y en menor grado de Omega-6) el lino ayuda a controlar el colesterol y eliminar el exceso de líquidos y toxinas del organismo. Asimismo, favorece el sistema inmunológico y reduce las enfermedades inflamatorias (aquellas terminadas en “itis” como gastritis, hepatitis o artritis).
Gracias a su contenido de fibra, las semillas de lino alivian el estreñimiento , favorecen la digestión, lubrican y regeneran la flora intestinal, y previenen la formación de divertículos.
Las semillas de lino favorecen el control de los niveles de glucosa en sangre,por lo que son beneficiosas en caso de diabetes, y protegen al sistema cardiovascular previniendo la formación de coágulos sanguíneos y regulando la presión arterial.
También contribuyen a reducir la tensión nerviosa y a aumentar la producción de energía celular aportando vitalidad física y mental.
Gracias a su Omega-3 ayudan a mantener una piel bella y sana. Ademas posee vitamina-E, un fuerte antioxidante que ayuda a retrasar el envejecimiento de las células de la piel y el cabello.
La fibra presente en este alimento lo convierte en un gran aliado en las dietas de reducción de peso gracias a su propiedad saciante.
Como consumir el lino
Para gozar de los beneficios del lino, puedes consumir dos cucharadas soperas diarias de estas semillas molidas o procesadas. Un buen modo de consumirlas es esparcirlas por las ensaladas o frutas; mezcladas con yogures, salsas o sopas, diluirlas en zumos o agua tibia; o incorporarlas en las recetas de panes caseros.
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Fuente: Salud Alternativa